14 de octubre de 2011
DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES RURALES (15 DE OCTUBRE)
DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN (16 DE OCTUBRE)
· Las Mujeres rurales desempeñan función económica primordial;
· Acceso a más y mejores alimentos para todos;
· La especulación, alza de precios, deforestación y Cambio Climático son sólo algunos de los problemas que enfrenta la alimentación.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales, fue observado por primera vez por la ONU en 2008 como un intento por reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
Desde hace ya algunos años, se le ha dado una mayor importancia al rol que juega la mujer en los temas alimentarios, rurales y ecológicos, en muchos casos, es ella quien tiene contacto directo con los recursos que posteriormente deberá administrar y proveer a sus familias. Mucho se sabe acerca de comunidades indígenas y/o campesinas de México en donde la mujer cumple el rol de la búsqueda de leña u otros combustibles y participa en las labores del campo y del hogar; así como de comunidades en países de África, donde son las mujeres las encargadas de acarrear el agua desde lejanos pozos hasta sus aldeas. Es por ello que las mujeres rurales desempeñan una función económica muy importante especialmente en los países en vías de desarrollo, cuya población sigue siendo predominantemente rural y, en la mayoría de los casos, indígena.
Sin embargo, las mujeres del campo también padecen altos índices de pobreza, aún cuando la población rural en México y en el mundo ha descendido de forma importante y ha sido absorbida poco a poco por las urbes. De 2000 a 2010, por ejemplo, la población rural pasó de 25.4% a 22.2% respectivamente, siendo ligeramente mayor la población femenina. Adicionalmente, gran parte de la población masculina que habita en zonas rurales ha salido del país en busca de mejores condiciones de vida, dejando a las mujeres encargadas del hogar y de las tareas del campo, dándose el fenómeno que Leonardo Núria llama “feminización de la agricultura campesina”. Asimismo, según el INEGI, es en las zonas rurales donde menor porcentaje de escolaridad y mayor analfabetismo existe, afectando ello de especial forma a la mujer que tradicionalmente cumple un doble rol al atender las labores de la casa y el campo.
Lo anterior invita a reflexionar acerca de la necesidad de implementar más políticas de inclusión, generación de oportunidades y desarrollo para las mujeres que habitan en zonas rurales, de modo que puedan superar los tres niveles de marginación que padecen: ser mujer, ser pobre y ser indígena.
Finalmente, el papel de la mujer rural en temas de sustentabilidad ambiental es de especial importancia a la hora de crear proyectos de manejo sustentable de los recursos naturales, dado que las mujeres tienen un contacto muy directo con éstos y su adecuada administración es crucial en éste ámbito. El movimiento “ecofeminista”, surgido en los años setenta, hace énfasis en el vínculo existente entre los temas de género y el medio ambiente, y el potencial de las mujeres para iniciar verdaderas revoluciones ecológicas en sus comunidades. Atendiendo a lo anterior, el Senado mexicano construye proyectos e iniciativas de compromiso con las mujeres rurales, campesinas e indígenas de México.
Día Mundial de la Alimentación
Fue observado por primera vez en 1979 por los miembros de la FAO, como un intento por “recordar la búsqueda constante por parte de la FAO de una solución a largo plazo para el problema del hambre y de la pobreza en el mundo, pues se creó con el objeto de que el ideal de "alimentos para todos" se convirtiera en uno de los derechos humanos para las generaciones presentes y futuras”. Este año, el Día Mundial de la Alimentación se centrará en el problema de los precios de los alimentos y su volatilidad.
La situación alimentaria mundial ha sido delicada en los últimos años debido a factores económicos como la especulación y el alza en los precios de los alimentos, generando graves desigualdades y carencias para los menos favorecidos. Para muchos especialistas, el problema alimentario del mundo no radica en que haya pocos alimentos para la población, sino en que la distribución de éstos es muy desigual alrededor del mundo, aunado a las dificultades particulares de cada territorio para producir y suministrar alimentos a la población.
Pero el problema alimentario también responde a problemas ecológicos como la deforestación y la desertificación, pues la pérdida de cubierta vegetal provoca una mayor erosión del suelo y, por ende, una baja en su productividad; además, el cambio climático, ha intensificado las condiciones meteorológicas, agravando sequías o inundaciones que reducen la capacidad de los campos para producir alimentos.
México no es ajeno a este problema. Las áreas boscosas de la zona sureste del territorio se han visto afectadas por la remoción de grandes zonas de cobertura vegetal destinadas a producir alimentos. Actualmente, los estados más perturbados por la deforestación son Tabasco, Oaxaca y Chiapas, debido al avance de la transformación de zonas forestales a áreas agropecuarias, asegura Alejandro Flamenco Sandoval, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estas acciones aumentan la vulnerabilidad de las comunidades que allí habitan ante los efectos del cambio climático.
El Instituto Nacional de Ecología calcula que “la superficie con buenas condiciones para el cultivo de maíz se reducirá; la superficie de cultivo pasará del 40% del territorio nacional a sólo el 25% del país, lo que implica que el área total de cultivo de maíz se reducirá en una tercera parte”. Ello, sin duda, implicará fuertes retos para alimentar a una población que se encuentra en constante crecimiento.
Es por lo anterior que debe generarse un círculo virtuoso en el que pueda producirse lo suficiente para que los más de mil millones de personas en el mundo que padecen hambre tengan acceso a más y mejores alimentos, sin que se intensifique el problema del cambio climático.
El titular de SAGARPA, Francisco Mayorga Castañeda, explicó que para el ciclo (P-V) se prevé una producción de 15.6 millones de toneladas de maíz, con lo que se cubriría la demanda para consumo humano. Ante las complicaciones del cambio climático y los efectos que éste tiene en la producción y acceso a alimentos en México –particularmente por heladas y sequías- el Secretario aseguró que en 2011 el abasto de granos para consumo humano está garantizado y que se descarta una situación de escasez de alimentos básicos a pesar de los impactos de los siniestros meteorológicos del reciente temporal de lluvias, sobre todo en los Estados del Noreste y Sureste del país. Refirió que los precios de los alimentos se comportarán conforme a la oferta y la demanda, sin llegar situaciones que los disparen, como ocurrió a principios del año 2008, cuando se disparó el precio del maíz.
Por su parte, en septiembre, durante las reuniones de trabajo del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, la representante de la FAO en México, Nuria Urquía Fernández destacó el desarrollo del Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), que atiende a comunidades de alta y muy alta marginación, y que su principal objetivo es desarrollar las capacidades de las comunidades rurales y fortalecer la seguridad alimentaria del país. Urquía Fernández señaló que al adoptar el PESA como una política pública, el Gobierno Federal atiende de manera más eficiente la pobreza, al mejorar la disponibilidad y el acceso a los alimentos, esto mediante proyectos productivos sustentables.
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